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Lima Sur en la revocatoria

Finalizado el proceso de consulta popular de revocatoria de las autoridades municipales de Lima Metropolitana, una mirada a los resultados nos permite algunas reflexiones sobre las características que tuvo este hecho político en Lima Sur, y cómo responden a importantes cambios que han tenido lugar en esta gran zona de la metrópoli, que hoy es mucho más compleja, distinta a lo que resumía la imagen del «Cono Sur» en el siglo pasado.
San Juan de Miraflores, Villa El Salvador y Villa María del Triunfo conforman la tríada más importante en términos de población y electorado; antes llamado Cono Sur, este conjunto concentra más de 650 mil electores efectivos. Estos distritos combinan barrios consolidados e importantes actividades económicas, con zonas de explosivo crecimiento demográfico y continua expansión urbana, lo que produce un territorio altamente heterogéneo, así como significativos «bolsones» electorales articulados a la actividad de los grupos políticos locales, no sólo los de alcance nacional, como el aprismo o el fujimorismo, sino también, redes de intereses vinculados a los gobiernos municipales de turno. Es en estos espacios donde alcaldes alineados con una u otra opción frente a la revocatoria, intentaron sumar su capital propio a las campañas, con relativo éxito.
Destaca el alcalde de San Juan de Miraflores-SJM, Adolfo Ocampo, en 2010 electo por Cambio Radical, partido de Alex Kouri. Con origen en Izquierda Unida, fue varias veces reelecto y durante los noventa ofició de coordinador de los municipios fujimoristas en Lima. Ocampo se jugó por el SÍ, y en esa línea impulsó la revocatoria en las concentraciones más populosas de SJM, como Rinconada Alta, donde libró batalla con Fuerza Social, que trata de mantener presencia activa en la zona. Finalmente, el triunfo del NO se produjo por un margen muy estrecho y tanto como una actitud contraria a Villarán, esto podría evidenciar las resistencias frente a una gestión distrital altamente polémica.
Por el contrario, en Villa El Salvador y Villa María del Triunfo el SÍ triunfa de lejos, aunque Guido Iñigo y Silvia Barrera, sus respectivos alcalde y alcaldesa, hayan aparecido desde la primera hora al lado de Susana Villarán, respaldándola públicamente, en particular Barrera, electa por Perú Posible, partido que formó parte de la coalición por el NO y bajo cuyo auspicio se realizó uno de los mítines más importantes de Villarán. Lo cierto es que ambas figuras han tenido dificultades para consolidar su legitimidad y definir su línea de gobierno, con lo cual su voluntad de endose, al menos en algunos sectores, podría haber sido más bien de signo negativo.
Más allá de esta tríada distrital, Lima Sur también está conformada hoy por el territorio que se proyecta al sur del Río Lurín. En el sentido común «balnearios», los distritos del litoral sur son siempre excluidos de los análisis, por su relativo poco peso electoral. No obstante, el mayor poblamiento barrial, el reciente acceso al agua y la mayor oferta de transporte los «acercan» cada vez más a la gran metrópoli, a la vez que los definen no sólo como espacios cada vez más heterogéneos socialmente, sino como actores del movimiento de expansión barrial, donde Nueva Pucusana, entre otros, aparece como nuevos «bolsones» electorales. Debe también llamar a reflexión que actualmente Lurín sea superado en número de electores efectivos por Pachacamac, distrito poco mencionado, a diferencia de una de sus zonas: Manchay, donde se estima una población de más de quince mil familias.
Varios otros elementos sumaron al SÍ, algunos de ellos relativos a la historia política reciente de Lima Sur, cada vez más distante de aquella en que la izquierda formó su identidad con las mayorías urbanas. En primer lugar, tenemos el «obrismo» no sólo de las alcaldías locales, sino de los dirigentes vecinales, particularmente potente en las zonas de expansión barrial. Luego está la complicidad de las organizaciones locales –de izquierda y derecha– con la política basada en la popularidad, la relación clientelar y la dádiva, antes que en intereses comunes. Y con intereses comunes no nos referimos a abstracciones, sino a demandas concretas relativas a la calidad de vida en los barrios, a la inversión en espacio público y a la mejor gestión de las potencialidades económicas de los distritos, en diálogo con lo metropolitano.
La propuesta de un Frente Amplio en Lima Sur, a partir de las agrupaciones del NO –Fuerza Social, Tierra y Libertad, Movimiento Nueva Izquierda y Movimiento Sin Techo, entre otros– no puede soslayar que, a la dura derrota del «No» en Lima Sur ha aportado la performance electoral de las expresiones de izquierda local, en al menos los últimos cuatro períodos municipales. El reto será redefinirse ante modelos municipales que han dejado de lado la organización de la gente, suplantándola con un discurso cada vez más vacío sobre la participación ciudadana y la concertación, en complicidad con los cuadros de izquierda local.

desco Opina - Regional / 9 de abril de 2013
Programa Urbano

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